
Una vez más se destruía mi fortaleza, algo que tanto me costaba construir, una vez más el cuerpo me decía basta y, las lágrimas y el dolor volvían a apoderarse de mi vida. Las soluciones desaparecían y me encontraba en el famoso callejón, resultaba imposible buscar una salida o al menos una explicación.
A un año de tomar la decisión fatal, pensado que eso ya era parte de un pasado y que nunca más esas ideas invadirían mi cabeza, pero no fue así otras ves volvieron y con mas fuerzas que nunca; es como… intentar construir un castillo de arena, tan fácil para el que lo ve y tan difícil para el que lo construye, y que de repente una oleada se lleve todo hasta los pequeños granos de arena que constituían una base...
Me senté en la cama e intente recorrer todo aquello desde el principio y fue tan feo llegar a la conclusión que en vez de haber mejorado, todo era igual o quizás peor… El cielo una vez más me había abandonado y desespera buscaba una mano que me ayudara o que tan solo me acompañara sin preguntar nada y esa fue la segunda conclusión estoy sola en esto. La historia se repetía año a año…
Son años de aguantar dolores, ver agujas, molestias, sentir que el cuerpo te abandona cuando más lo necesitas y saber que es en vano decir algo porque nadie puede entender lo que es una enfermedad hasta que no la tiene y solo a cambio recibir críticas, y ahí estaba la tercera conclusión: hay que aprender a aguantar y superar las cosas sola….
Luchando contra mi cuerpo, contra lo imposible, pidiéndole tan solo cinco minutos de tranquilidad, de salud, pero nunca lo conseguí. Siempre fingiendo estar bien, mintiéndome a mi misma que las cosas estaban mejorando… ojala alguna vez los pensamientos sean parte de aquella realidad soñada.